Chapter 26: XXV
Chapter 26: XXV
Capítulo veinticinco
Persigo al enorme lobo gris con todo lo que Fally puede entre los árboles, saltando arbustos, corriendo
al rededor de acantilados, cruzando ríos y demás.
Estoy tan agotada internamente que siento las patas de mi loba por fuera irse debilitando poco a poco,
pero no me rendiré, no ahora que ya pase la parte más difícil.
En un milisegundo veo a mi compañero jadear al igual que yo, pero seguramente tiene mi mismo
objetivo, los guerreros a los límites de la manada se alertan al escucharnos pasar a toda velocidad y
empiezan a perseguirnos sin saber que estamos en una práctica. NôvelDrama.Org owns all content.
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No se dejen agarrar, sigan adelante, yo diré cuando detenernos.]
Entendido, Alpha.-
Entendido.
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Aceleró mi ritmo hasta quedar casi a la par de Elián, lo mantengo por varios minutos, pero sé, de cierta
forma, que esto me cansará más rápido, aunque al menos no corro con la posibilidad de quedarme
atrás y ser cachada por los guerreros ya experimentados.
De la nada nuestro instructor decide cruzar los límites de la manada saltando del otro lado de un gran
río y nos adentramos más en el bosque desconocido hasta no escuchar más a los guerreros, mis
patas empiezan a temblar al no aguantar más y me voy de lleno a la tierra dando vueltas hasta
estrellarme contra un pino.
Déjenme aquí a descansar y mañana regreso.
Elián frena precipitadamente y regresa hasta donde estoy en segundos, da un fuerte aullido en señal
de ayuda a los guerreros de la manada y lentamente se acerca.
Jex, ¿Estás bien? ¿Te golpeaste fuerte? ¿Quieres que te lleve de regreso a la manada?]
Elián, estoy bien, solo necesito descansar y ya, por el momento caminemos un rato, por favor.
Vuelvo a ponerme de pie y él me hace de soporte para no irme de lado y caer al suelo, poco a poco
avanza conmigo hasta un lugar despejado y noto el apagar de unas luces claramente, mi instinto sale
a flote y busco, sin que él me lo diga, la fuente de esa actividad, pero sin ver nada a nuestro alrededor.
¿Jexi?]
Esta alerta, aquí hay alguien, Fally lo escucho.
Muevo mis orejas buscando otra fuente de ruido y avanzo hasta nuevamente escuchar un golpe seco
contra madera, corro en esa dirección y me detengo detrás de dos árboles al notar la casa que antes
no veíamos.
Elián se acerca hasta quedar en frente de la misma y suelta un gruñido fuerte de la nada, su lobo
aguarda en posición de ataque y del interior veo salir a un chico pelirrojo con un atuendo totalmente
negro.
Sus ojos dejan ver un destello celeste por un momento y rápido cambian a rojos que se degradan con
un negro total.
¿Qué tipo de vampiro es para que pueda hacer eso?
—¿Qué hay perro? ¿Todo bien? —el chico señala el lugar mientras sale a la entrada —porque yo te
veo fuera de tus límites —adopta una postura desafiante e intento salir de donde estoy para hacerle
ver que no es uno solo, pero su voz resuena en mi mente.
Jex, pase lo que pase no te metas.]
Pero si estás en peligro mi deber es ayudarte.
No te metas, es una orden.]
Maldigo internamente y volteo hacia mi compañero, le hago señas para que se acerque y esté acata
mi orden posicionándose al lado de él.
Dentro de la casa noto otra presencia y rápidamente busco un ataque cercano por parte de ambos, sin
embargo me sorprendo al ver a la hija menor del Alpha caminar hasta estar al lado de nuestro
enemigo.
—Eres todo gruñir, pero nada atacar o es que quieres que te lance una pelota, ¿es eso? —el pelirrojo
baja las escalerillas hasta estar a la par de Elián.
—Había uno y ahora hay tres, de uno a tres, Len, ¿los has visto? —la chica Dhall me observa de reojo
y sus ojos se topan con los de su hermano, el chico Dhall.
¿Acaso está del lado de los malos o es que está dándonos una advertencia?
Todavía no lo capto, pero pienso que es la segunda opción, porque el traicionar a los suyos creo que
lo veo imposible si es una Dhall.
—Te dije que te quedarás debajo de la mesa, contigo aquí más difícil se me va a hacer pelear — el
chico que estaba con ella corre en dirección a Elián y le proporciona un golpe desestabilizándolo, mi
compañero se lanza al ataque y él de un movimiento lo deja debajo de su cuerpo, saca una pequeña
navaja de su bolsillo y pega un gran salto hasta estar nuevamente a escasos centímetros de las
escaleras.
Elián y el otro lobo vuelven a estar de pies y atentamente veo al chico pelirrojo por si se le ocurre
atacarme, desvío la mirada a ella cuando sale completamente de la casa y sus ojos grises brillan con
la luna, me hace una seña para que salga de mi escondite y dudo en si hacerle caso o no.
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No sé quien eres y que haces con mi hermano y este otro, pero avisa a los Alpha, corre.{
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Si se comunicó conmigo es porque esto debe ser importante.
Le hecho un vistazo al chico de ojos azules antes de salir y siento una enorme presión al dejarlo solo
ahí atrás con el otro chico.
Nada de esto me da buena espina.
Mis patas arden y tiemblan ante el cansancio que tengo, pero simplemente no puedo dejar de
obedecer las órdenes de uno de los grandes y sobre todo cuando está pide ayuda.
Entró a los límites de la manada y suelto un aullido de auxilio a los guerreros que están en la frontera,
me detengo ante uno de ellos y le señaló el camino por donde he venido, automáticamente los
empieza a dirigir y yo sigo mi recorrido hasta llegar a la parte trasera de la casa principal de nuestra
manada.
Por la puerta trasera sale nuestra ex-luna y Kayla con un libro en sus manos, vuelvo a mi forma
original al no aguantar más y una de ellas me sujeta de los brazos para no caer al piso —¡¿QUÉ PASA
JEXI?!
Doy una larga bocanada de aire y señaló por donde he venido —Tu hermano Elián y tu hermana Zuani
están... —trago grueso tratando de normalizar mi respiración y rápido noto como toda la familia está
atenta a lo que digo —ellos están en problemas con vampiros fuera de los límites.
—Kayla, tú y tu madre se quedarán a cuidar de ella, ya que está sumamente herida y cansada, así
también si a pasa algo aquí estarán ustedes para defender la manada —habla el Alpha Amir y ella
asiente preocupada. Sin decir más se transforman y desaparecen en segundos de nuestra vista.
La luna Irina me da una breve mirada de preocupación y con ayuda de su hija me llevan hacia adentro,
pasamos por su cocina y salimos a la sala principal, una de ellas pide el ascensor y antes de que este
llegue del tercer piso caigo de rodillas al suelo sintiendo mi respiración irse agotando poco a poco,
agarro mi pecho con fuerza ante la punzada fuerte que siento en este y un enorme nudo se instala en
mi garganta, las lágrimas amenazan con salir y mi nariz pica fuerte, escucho los gritos y llamados por
parte de Kayla, pero estos simplemente se distorsionan al igual que su imagen en mis ojos y es lo
último que veo antes de ver todo negro.
¿Qué le pasa?
Ayúdame, madre. Si ella muere Elián también.
No soy yo la que está muriendo, es él.
Elián está muriendo.