Chapter 38
Capítulo 38
El teléfono probablemente estaba en modo manos libres, y en ese extremo pronto se escuchó la voz triste de Lucia.
-¿Bella, acaso estás enojada con Pedro y por eso ni siquiera quieres acompañarme a mi?
Bella no pudo soportar el tono con el que Lucía estaba hablando, así que rápidamente respondió: ¡Por supuesto que quiero acompañarte, abuela! Nôvel(D)ra/ma.Org exclusive © material.
-¡Entonces así será! ¡Mañana enviaré al chofer para que los recoja!
Sin esperar a que Bella dijera algo más, Lucia terminó la llamada, su tono ahora claramente más alegre.
Bella se quedó allí, en su lugar, con una expresión de resignación en su rostro.
Al día siguiente por la tarde, Bella recibió una llamada del chofer.
Cuando llegó al coche y abrió la puerta, vio a Pedro sentado en el asiento trasero.
Llevaba un traje negro y estaba ocupado mirando su computadora portátil.
Con una expresión fría y dominante, parecía una figura de portada de revista de negocios.
Al escuchar el ruido de la puerta, Pedro apenas le echó un vistazo a Bella y siguió concentrado en su computadora.
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Bella no queria sentarse con él, así que intentó cerrar la puerta y sentarse en el asiento del copiloto.
-No te pongas así, abuela todavía nos está esperando, dijo Pedro, notando su intención con un tono ligeramente sombrío.
¿No estaba mirando su computadora? ¿Cómo sabía lo que ella estaba pensando?
Al ver que el chofer les miraba, Bella se sintió un poco infantil, así que se sentó en el asiento trasero con un gesto de disgusto.
Durante el trayecto, Bella navegaba por internet en su teléfono y no hablaba con Pedro.
Pedro también estaba absorto en su computadora y no interactuaba con ella.
Después de un tramo de carretera, el chofer frenó bruscamente, haciendo que Bella se adelantara y casi golpeara el asiento delantero.
-¡Cuidado!
Pedro alargó la mano y tiró de ella hacia atrás, haciendo que Bella se balanceara y cayera en sus brazos.
Señor, señora, ¡lo siento mucho, otro coche cambió de carril de repente! -se disculpó nerviosamente el chofer.
Pedro no dijo nada, y Bella se encontró apoyándose en su pecho.
Hoy llevaba una camiseta de manga corta color albaricoque, y desde esa perspectiva, Pedro podía ver claramente su delicada clavícula y una parte de su piel que apenas se vislumbraba. -¿Qué estás mirando? -Bella apartó su mano y abrió mucho los ojos.
Pedro le lanzó una mirada fría. -¿Por qué te vistes así si no quieres que la gente te mire?
Bella se sintió molesta de inmediato.
¿Cómo podía considerar inapropiada una camiseta tan normal?
Las personas con mentes sucias ven suciedad en todo, -respondió Bella sin rodeos.
Pedro suspiró con resignación. -¿Ya no tienes intención de mostrar tus modales refinados? ¿ Ya no quieres fingir ser una dama como antes?
-No puedo creer que todavía creas que alguna vez tuve un lado refinado-, se burló Bella. -¿ No has estado diciendo todo este tiempo que soy mala, sin ningún mérito?
Pedro respondió fríamente: -Puede que no conozca tus otros méritos, pero tus comentarios afilados y desagradables son insuperables.
-Lo tomaré como un cumplido, gracias, dijo Bella con sarcasmo.
Pedro no siguió discutiendo con Bella y volvió a tomar su computadora, mientras decía: -Tu propuesta ha sido enviada a Banco de inversión Rentilla, y después de la evaluación de varios ejecutivos, han decidido utilizar tu plan..
Bella no podía creer que Pedro hubiera enviado su propuesta a Banco de inversión Rentilla.
-¿No entendiste lo que te dije ayer? No tengo interés en trabajar allí. Sin mi consentimiento, no pueden usar mi propuesta.
Pedro miró su computadora y dijo con indiferencia: -El bono es de ciento cuarenta mil dólares.