Sr. Ramos, su multimillonaria esposa quiere el divorcio

Capítulo 29

Sin hacer caso a su interrogación, Leonardo dijo sin rodeos: -Sólo contéstame a lo que te pregunto.

-¡No lo hice! Aunque no soporto a Natalie, ella sigue siendo mi hermana. ¿Cómo crees que podría hacerle daño?

Al escuchar eso, Leonardo apretó los dientes y dijo con voz grave: -Ya investigué este asunto. Parece que fue Gisela quien lo hizo, pero si continuamos investigando, descubriré quién está realmente detrás de esto. Te doy una última oportunidad. ¿Tuviste que ver con lo que pasó esta noche?

Asustada por el tono frío de Leonardo, Matilda tardó un buen rato en recuperarse y gritó: -i Sí, lo hice yo! ¡Porque estoy harta de verte a ti y a ella juntos! Tú deberías estar a mi lado. ¡La envidia me volvió loca, por eso hice esto! ¿No piensas que soy ridícula?

Leonardo, exhausto, cerró los ojos y dijo: -Olvidemoslo esta vez, pero no hagas más de estas tonterías. No quiero que destruyas lo poco que queda de mis sentimientos hacia ti.

Después de concluir la llamada, se sintió cada vez más agitado.

Parecía que necesitaba acelerar la adquisición de MY. Una vez que se la entregara a Matilda, no le daría otra oportunidad de acercarse a él.

A la mañana siguiente, justo cuando Natalie se levantó, recibió una llamada de Ricardo.

-¿Ya estás despierta?

Natalie notó la cautela en su tono de voz y frunció el ceño, preguntando: -¿Qué pasa?

Ricardo aclaró su garganta y explicó: -Ayer, en el cumpleaños de tu abuelo, no tuvimos la oportunidad de charlar. Hoy tus abuelos pidieron que la cocina prepare tu comida favorita. Podrías venir esta noche y cenar con ellos?

Ahora Natalie entendió por qué Ricardo había cambiado su actitud hacia ella. Pero lamentablemente, sus expectativas estarían destinados a no cumplirse.

Por no hablar de su mala relación con Leonardo, aunque fueran cercanos, no permitiría que él apoyara más a la familia López.

-No es necesario. Estoy muy ocupada y no estoy segura de si tendré tiempo.

-¿No has estado en casa sin hacer nada todo este tiempo? ¿Por qué no tendrías tiempo?

-Encontré trabajo y ahora tengo que ir a la empresa. Si no hay nada más, debo colgar.

Ricardo se quedó sorprendido por un momento, y sólo cuando escuchó la señal de ocupado en

Beata, con una expresión adusta a su lado, frunció los labios y preguntó: -¿Qué te dijo? ¿Lo aceptó?

Ricardo negó con la cabeza. Dijo que encontró un trabajo y que no tiene tiempo.

Beata resopló con desprecio y se mofó: -¿Qué tipo de trabajo podía encontrar? ¿Está lavando platos en un restaurante? Si es así, deberías aconsejarle que deje de hacerlo para no

avergonzarnos.

Ricardo se volvió hacia ella, y regañó enojado: Natalie es la mujer de Leonardo, ¿qué tonterías estás diciendo?

-Si no fuera por la discapacidad de Leonardo, ¿crees que la familia López permitiría que una mujer que ni siquiera terminó la preparatoria fuera su mujer?

En aquel momento, Natalie no había finalizado la preparatoria y desapareció de la nada durante un tiempo. Cuando regresó, no mencionó más la idea de continuar sus estudios.

Por lo tanto, en toda la familia López, tenía el nivel de educación más bajo. Sheila a menudo se burlaba de ella por eso, lo que ponía a Beata en una situación incómoda. Si no fuera por su otra hija talentosa, esa mujer la habría menospreciado aún más.

-Te advierto que, de cualquier manera, Natalie también es tu hija.

-¡No, una hija así no la tengo! Sólo a Mati.

Después de decir eso, Beata se fue.

Ricardo la miró alejarse y sintió un fuerte dolor de cabeza.

A continuación, llamó a su asistente. -Investiga dónde está trabajando Natalie. Text content © NôvelDrama.Org.

***

A las diez de la mañana, en la sala de conferencias del último piso de MY.

Bruno fulminó con la mirada a Natalie y golpeó los documentos en la mesa mientras escupía fríamente: -Señorita López, todos mis empleados fueron despedidos y los nuevos todavía no llegan, así que mi departamento está que no aguanta más. Varios socios me han estado presionando para que entregue los productos, y mis empleados han estado batallando,

una semana.

echándole horas extras por más de

Incluso algunos renunciaron en estos días por la presión del trabajo.

Tú eres la razón de todo esto, ¿no deberías echarme una mano y proponer una solución?