The Dark Secret of the CEO

Chapter 83



Chapter 83

Chapter 8 3

The door to Gerard’s room opens slowly, as he turns to tell the intruder to get out of there, he sits on the bed and holds out his arms to greet Charlize who runs towards him.

-Mi niña – le dice dejando salir un par de lágrimas, mientras la estrecha contra su cuerpo y huele su cabello – – Papi… mi tío Dan me dijo – un sollozo se le escapa y mira a Gerard, terminando de romper el corazón del hombre -. ¿No va a volver? -No lo sé, mi princesa, espero que sí – “al menos por ti”, porque Gerard ruega con todo su corazón que ella regrese por Charlize, sabe que Dan puede ser un gran tutor para su pequeña, pero prefiere que sea Luz quien la cuide mientras se ausenta -. -¿Puedo quedarme contigo?

-Hija, yo…

-¡Claro que sí, princesa! – dice Dan entrando a la habitación -. Es más, hoy el tío Dan pedirá pizza para el almuerzo y veremos unas películas.

-Dan…

– Princesa, primero debes ir a lavarte las manos y trae a tu osito.

-¡Sí! – la pequeña sale corriendo, Dan se mete las manos a los bolsillos y mira a Gerard bastante serio

-Mira, sé lo que estás sufriendo y me duele verte así, pero me prometí que no te dejaría morir en vida … no esta vez.

-Dan, no soy una buena compañía, mi hija merece algo más en este momento.

-Tu hija necesita a su padre, ¿Sabes qué me dijo? – se sienta en la casa y hace el esfuerzo de no moquear como nosotras en este momento -. “Ella no es mi mamá… Cada vez que ellos peleen, yo me

quedaré con papá, porque yo no tengo mamá”. ¿Tienes idea de lo duro que fue escucharla decir esas palabras y no terminar llorando como un bebé?

Y Gerard sabía a lo que se refería, porque sin haberlo escuchado de su propia hija, esas palabras le sabían al licor más amargo del mundo.

-Ella te necesita, eres su padre, la única constante que tendrá y no le puedes faltar.

-Tú sabes que en algún momento me tendré que ir.

-Sí, pero me aseguraré que sea por el menor tiempo posible y de visitarte todo cuanto sea posible.

-No llevarás a mi hija a ese lugar.

-Existen las videollamadas – le dice encogiéndose de hombros –

La conversación se termina cuando la pequeña princesa entra de nuevo en la habitación, salta a la cama, se apropia del mando de la televisión y comienza a buscar una película infantil.

En menos de diez minutos, los hombres están acomodados en la cama, con la princesa en medio.

A lo lejos, Gerard escucha a Charlize y a Dan reírse de los dibujos animados. Su mente ha divagado entre diferentes escenarios, algunos más optimistas que otros, pero todos terminan en el mismo

lugar, con la mismas interrogantes.

¿Me perdonará Luz por el daño que le hice? ¿Me amará aún?

¿Se quedará con Charlize mientras cumplo la pena por mi delito?

¿Llegaré a conocer a mi hijo?

-Papi – la dulce voz de Charlize lo trae a la realidad y le sonríe para no preocuparla -. ¿Puedo pedir papas y helado con la pizza?

– Por supuesto, lo que quieras princesa, pero solo por hoy. -Lo sé, Luz me enseñó que no debemos comer comida chatarra todo el tiempo, porque nos hace mal para el cuerpo.

Gerard acaricia el cabello de su hija, con la firme esperanza de que crezca feliz, rodeada de gente quel a ame y la proteja.

De pronto, su teléfono comienza a vibrar y lo busca, al mirar la pantalla, ve que es James.

– Baltimore, at the Williams mansion. I’ve already managed to infiltrate a man and the other five are around… wait – he makes him wait a few seconds and sighs -. He has just left for an unknown destination, he is still with Rafael Williams.

“Better with him than alone,” she says bitterly. Thanks.

-I’ll keep you informed. Take care of yourself.

He stays thinking for a few minutes, wanting everything to happen soon.

And as if the universe or fate had mercy on him at least once, the day passes quickly. After all, he wasn’t that bad, the company of his friend and his princess helped him not to think about all those things.

Dan says goodbye to them, promising to come the next day. Gerard personally takes care of bathing Charlize, drying her hair, and tucking her into bed.

He reads her a story, but when he finishes, they both stare. -Nobody reads them like her- says Charlize settling on the bed, hugging her bear –

YOUR OS

– I can try to do voices – Gerard tells him, leaving the story on the bedside table -,

– Your voice is very manly, you couldn’t do the voice of a princess.

– So you think so? He clears his throat and tries to imitate a woman’s voice. Hello, Princess Charlize, can I sleep with you tonight?

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Charlize bursts into a contagious laugh from the first word and Gerard can’t help but imitate her. -I’ll let you sleep here, only if you promise not to do voices in the stories. Instead of putting me to sleep, they will only rob me of sleep.

I voices

“I promise,” he says, raising his hand.

He takes off his shoes and socks, gets into bed, and the little girl hugs him.

-I love you daddy.

-I love you too, my beautiful princess.

-Don’t leave me again… – he says with a yawn –

But Gerard just stays silent, late into the night. When he manages to fall asleep, his Little Light appears in his dream, with a beautiful boy with eyes like his father’s, laughing and playing with some pretty twins.


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